Crónica de la charla con el pueblo mapuche

El encuentro del pasado miércoles y las conversaciones con los dos representantes del pueblo Mapuche en el bulevar no tiene desperdicio alguno. Tuvimos la oportunidad de aprender mucho y también de escuchar y saber qué le está ocurriendo a este pueblo a causa de la invasión del capitalismo.

A pesar de grandes diferencias entre su contexto y el nuestro, había también mucho puntos en común:

  • Su resistencia es pacífica (aunque la suya dura ya 500 años, ahora contra el capitalismo)
  • Tenemos “enemigos” comunes, que son, entre otras empresas, los bancos BBVA y Santander
  • Creen en el consenso y la horizontalidad
  • El capitalismo y sus “representantes” hacen todo lo que pueden para alejarles de la posibilidad de ser un pueblo soberano y autónomo, sin poder de decisión

Su lucha es la nuestra. Nuestra lucha es la suya. No importa lo grande que sea el océano que nos separa, pues mucho más es lo que nos une: necesitamos y buscamos la posibilidad de decidir en comunidad qué queremos para nuestras vidas y nuestro entorno; decidimos luchar de forma pacífica; el capitalismo, sus modos y las consecuencias nos perjudican por igual; y un largo etcétera.

Aquí algunas claves de lo que nos contaron en la charla:

El pueblo mapuche tiene una elevada conciencia de pueblo y mantiene vivas sus tradiciones ancestrales y el espíritu comunitario propio de un pueblo con una fuerte identidad.

Aunque no tienen títulos jurídicos sobre la propiedad de sus tierras no los necesitan, pues se saben dueños de ellas y se sienten expoliados por el estado chileno. Ellos no se sienten chilenos, se sienten mapuche, pero no tienen nada en contra del estado chileno ni del pueblo chileno. Pretenden, eso sí, mantener su identidad y relacionarse de igual a igual con el resto de las comunidades que ocupan Chile. Esto es algo que expresan de forma recurrente: no tienen nada en contra de otros pueblos, piensan que pueden convivir perfectamente con ellos si se respetan sus derechos y sus tradiciones.

Saben que el expolio al que son sometidos procede del estado y que éste está al servicio de los intereses de la multinacionales. Entre éstas, papeleras, bancos (BBVA, SANTANDER,…), empresas de la energía (ENDESA, como no…) de múltiples nacionalidades, entre ellas la española.

Tiene una firme voluntad de resistencia y pretenden recuperar lo que les ha sido robado utilizando la fuerza de la comunidad y la resistencia pacífica. De ninguna manera quieren utilizar la lucha armada. No está en sus principios atentar contra la vida de nadie.

Ven con espanto cómo el estado y las multinacionales atentan continuamente (explotaciones industriales, carreteras, vías férreas, aeropuertos,…) contra la madre naturaleza con la cual tiene unos niveles altísimos de identificación.

Experimentan una elevada espiritualidad siempre en comunión con la madre tierra o con la naturaleza a la cual rinden un auténtico tributo.

No se sienten representados en las Instituciones ni por los partidos políticos, pues entienden que éstos ponen los intereses de partido por delante de los pueblos.

Son conscientes de que necesitan coordinar su lucha con otros pueblos indígenas y confían en que la solidaridad internacional permita hacer visible a su pueblo y a su lucha y frenar la explotación a la que son sometidos por el estado. Son conscientes de que el origen de su marginación está en el capitalismo como sistema.